Madrid, 28 feb (EFE).- La sangre no es roja, o al menos no toda. Uno de sus componentes, el plasma, tiene un color amarillento y eso no lo sabe todo el mundo, como también se ignora el entramado que hay detrás de esa -a primera vista simple- bolsita de sangre que nunca falta en los hospitales y que salva vidas todos los días.