LONDRES (Reuters) – Peter Piot tenía 27 años, estaba recién titulado y trabajaba en un laboratorio de microbiología en Amberes cuando recibió un frasco de sangre con un misterioso patógeno que había estado matando a la gente en los bosques de Zaire. Si hubiese sabido lo que iba a descubrir – que contenía Ébola, una de las enfermedades infecciosas más letales conocidas – habría tomado más precauciones de seguridad. …