El VIH se ha convertido en una enfermedad crónica y, debido al incremento en el número de años de vida ganados, se da una prevalencia de comorbilidades mayor a la de la población general y a una edad más temprana, por lo que eliminar el riesgo asociado a todas estas comorbilidades que puede desarrollar el paciente con esta enfermedad mientras envejece debe ser un objetivo “primordial”.
vía Europa Press – Resultados de búsqueda