Claro, votar cada cuatro años es un requisito básico, pero no suficiente, para tener una democracia sana. Andar votando cada menos tiempo también altera la democracia, como pueden alterarla esas campañas electorales huecas, broncas, mendaces, semejantes a la que concluyó el viernes con una ‘jornada de reflexión’ decimonónica, que evidencia el desprecio del legislador hacia el raciocinio de los ciudadanos.
vía Europa Press – Resultados de búsqueda