Si alguien se cree que por haber votado este domingo -o, aún peor, no haber votado- ha solucionado algún problema, se equivoca. Ahora empieza lo bueno. Después de una campaña sucia, con intentos de compra de votos y otros asuntos de enorme gravedad, falta de transparencia, insultos a “los otros”, periodistas, jueces o empresarios, desprecio de los rivales, promesas con el dinero ajeno y violencia en algunos mítines, ahora toca buscar pactos, hacer posible la gobernabilidad en más de ocho mil ayuntamientos y en una decena de comunidades autónomas.
vía Europa Press – Resultados de búsqueda