La llegada al poder en abril de 2018 del reformista primer ministro Abiy Ahmed ha acelerado la descomposición de las estructuras de control social en Etiopía, una bendición y una maldición en el país africano, una combinación de vigilancia ciudadana y asistencia vecinal de la que es necesario extraer sus mejores lecciones para impedir un resquebrajamiento de las promesas de desarrollo del mandatario.
vía Europa Press – Resultados de búsqueda