LONDRES (Reuters) – Es difícil creer que una carrera que dura apenas 10 segundos pueda perjudicar la mente, pero cuando se trata de la final olímpica de los 100 metros lisos, casi no hay dudas de que puede hacerlo. Pensamientos inoportunos sobre fracaso y humillación pueden agobiar a los corredores desde meses antes de una carrera. El estrés constante empieza a interferir después con las hormonas del cerebro, teniendo consecuencias en el sueño, la concentración y el entrenamiento. …