El Gobierno británico ultima una reforma sanitaria que restringiría el acceso de los extranjeros al sistema público mediante el cobro de determinados servicios, en un intento del Ejecutivo de David Cameron de reducir los 500 millones de libras que, según el Departamento de Sanidad, cuesta la atención médica de ciudadanos sin residencia.
vía Europa Press – Resultados de búsqueda