Tomar licor, aunque sólo sea un ‘chupito’, puede elevar el riesgo de sufrir un ataque agudo de pancreatitis, algo que no ocurre con otras bebidas alcohólicas, como pueden ser el vino o la cerveza, según un estudio realizado por el Instituto Karolinska, de Suecia, que se publica en la edición ‘on line’ de ‘British Journal of Surgery’.